-En Internet. En la red, cualquier web que visitemos o busquemos, y cualquier dato que introduzcamos, queda registrado en los diferentes websites, así como en un historial de búsqueda del propio navegador.
-Correo electrónico. Ningún servicio de mensajería por internet es 100% seguro. La información y los mensajes recibidos y enviados pueden ser vistos por terceras personas.
-Redes sociales. En el momento del registro, ya es muy difícil borrar la huella digital que se va creando. Se comparten fotos, gustos, datos personales... y muchas veces de forma involuntaria.
-Tarjetas SD de almacenamiento. Dispositivos de almacenamiento en los cuales, incluso parcialmente destruidos, puede aún extraerse los archivos que contienen.
-Dispositivos móviles, tablets... Su pérdida o hurto pueden dar a conocer gran cantidad de información personal, así como cuando se accede a Internet desde ellos.
-Chats. En estos sitios web es donde más se tiende a dar información personal a desconocidos.
-CDs, Dispositivos de almacenamiento USB... Al igual que las tarjetas de almacenamiento, en estos elementos pueden quedar datos guardados o restos de ellos.
-Zonas Wi-Fi abiertas. Al conectarse a ellas desde cualquier dispositivo, puede hacerlo vulnerable a un ataque o filtración de datos personales.
-Buscadores web. La mayoría de buscadores registra cada término a buscar en Internet. Google, por ejemplo, es capaz de registrar la ubicación y gran cantidad de datos personales.
-Pagos "online". Los sistemas de pago por Internet pueden no ser del todo seguros y fiables, y el número de cuenta o de tarjeta bancaria podría quedar al descubierto.
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